Lo más importante para Hungría en un proceso adoptivo es la formación de vínculo padres-hijos y esto es lo que vigila estrechamente. Por ello, la familia debe estar dispuesta a convivir con el menor, en territorio húngaro, con supervisión de sus psicólogos, durante al menos 42–43 días.
La documentación necesaria es realmente sencilla, pero el país mirará con mucha atención el informe psicosocial de los padres.